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Como sanar herida de rechazo

¿Quien no conoce el miedo al rechazo?

El problema radica en la verdad no comprendida de que solo nosotros tenemos la autoridad para rechazarnos o aceptarnos a nosotros mismos. Nadie debería permitir que nadie los rechace; ¡Ese es nuestro derecho, no el de ellos!

Las personas pueden aislarse o abstenerse de establecer conexiones con otros porque tienen miedo de ser rechazados. El miedo al rechazo conduce a la soledad y la depresión a medida que respondemos inconscientemente a nuestra necesidad de ser aceptados en un grupo.

Cuando alguien más nos rechaza, nos volvemos más susceptibles. Nos aislamos de los demás e incluso dejamos de preocuparnos por nosotros mismos.

El rechazo es inevitable, pero tú puedes decidir si aceptas o no ese rechazo. Necesitas poder apreciarte y valorarte a ti mismo e invertir en ti mismo.

El rechazo te debilita y te hace susceptible a dolencias como la depresión.

Nunca permitas que el hecho de haber sido rechazado te convierta en el primero en pagar con la misma moneda. Tu vales. Descubrete, valorate y date el reconocimiento que te mereces.

Estar seguro de ti mismo es el primer paso.

Busca la compañía de quienes aportan valor a tu vida y no de quienes la disminuyen.

Busca solo tu propia aprobación. Apóyate de los demás para impulsarte hacia adelante y no simplemente para adaptarte a sus costumbres.

A veces los niños se sienten rechazados por sus compañeros y sufren tremendamente de ansiedad y autodesprecio.

No pertenecer o ser rechazado significa la muerte.

Las investigaciones han demostrado que el dolor emocional es peor y genera más actividad cerebral que recordar el dolor físico. Por ejemplo, duele mucho más recordar un evento en el que tus padres te rechazaron que recordar cuando te rompiste la pierna. La pierna sanó rápidamente y dejó pocas cicatrices emocionales, pero el recuerdo del rechazo de tus padres dura décadas y, a veces, toda la vida.

Para sanar debemos reconocer que nos sucedió un rechazo traumático en la infancia y que de ninguna manera fuimos responsables de ello.

Aprende a dejar ir y a aceptar lo que pasó. Aceptar lo que te paso no significa que estés de acuerdo con ello. Aceptación significa decidir afrontarlo y no permitir que tu vida siga siendo gobernada por tu pasado.

Poner fin a la autocrítica. Uno de los comportamientos más comunes de las personas que sufren un trauma por rechazo es que se vuelven autocríticas. Cuando estas personas se encuentran con el rechazo en el trabajo o en el amor, emplean un diálogo interno duro y abusivo, convenciendose a sí mismos de que merecen el rechazo.

Restaurar la autoestima. Es una excelente manera de recuperar la motivación y la confianza después de un rechazo.

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